COMPRAR UN CACHORRO EN NAVIDAD (PARTE I)

Perro regalo de navidad

Ahora que se acercan las fiestas navideñas es muy típico el regalo de una mascota, principalmente perros, y aunque todos los expertos recomendamos que la entrada en el hogar de un perro debe de ser una decisión muy meditada y no fruto de un impulso, es casi inevitable que aparezca bajo más de un árbol de navidad o que los reyes traigan un nuevo amigo peludo.

En este artículo pretendemos que, si estamos dispuestos a hacernos con un perro, lo hagamos de la mejor manera posible.

Antes de adquirir o adoptar un perro (ya hablaremos más adelante de las diferentes opciones) tenemos que plantearnos seriamente si de verdad estamos dispuestos a aceptar todas las responsabilidades de introducir un nuevo miembro en la familia que va a ser muy peculiar que, además de comida, agua, paseos y cuidados sanitarios, lo que más necesitará es el contacto con su familia (nosotros) y una educación. Eso no podemos olvidarlo nunca y va ser la base de una convivencia feliz.

Recientes estudios han demostrado que el perro esta mejor capacitado para comunicarse y realizar asociaciones de ideas más parecidas a los humanos que los propios primates debido a la convivencia durante tantos milenios con el ser humano. Eso es lo que le hace tan especial a los perros: su apego al ser humano.
cachorro socializado
Con ello queremos decir que el perro, una vez entre en nuestra familia, va a necesitar integrase en ella con todas las consecuencias que ello conlleva, todos los miembros de la familia deben implicarse, y va depender de nosotros durante toda su vida, que puede alargarse en algunos casos más allá de los quince años.

Y van a ser quince años con todas sus etapas: niñez, pubertad, juventud, edad adulta y vejez; con todas y cada una de las necesidades y retos que supone.

Otra cuestión a tener en cuenta es la composición de la familia, su estilo de vida, sus planes futuros: ¿hay niños en casa? ¿Qué edad tienen? ¿En un futuro va haber más niños? ¿Tenemos mucha vida social? ¿Viajamos mucho? ¿Somos activos o por el contrario más sedentarios?

Todas estas preguntas condicionaran no solo si encajará un perro en nuestra familia, si no que tipo de perro necesitamos.

Una pregunta clásica que recibimos es ¿Qué perro es apto para niños? Nosotros siempre contestamos que la pregunta está mal planteada, que la pregunta correcta es ¿Qué niño es apto para perros?

Por lo general si hay niños con edades comprendidas entre los dos y cuatro años, no es recomendable tener un cachorro ya que este puede sufrir daños por mal manejo de los pequeños y además pueden que condicionar su comportamiento de adulto con respecto a los niños.

¿ADULTO O CACHORRO?

Un cachorro a priori puede parecer la mejor opción si queremos disfrutar de una etapa muy divertida de su vida: los cachorros son muy juguetones, muy fácilmente adaptables, fáciles de educar y podemos establecer las improntas necesarias para que se adapte mejor a nuestro estilo de vida.

Por el contrario el cachorro tiene el inconveniente que en esa etapa necesita de mayores cuidados, más dedicación, más tiempo invertido en su educación y más visitas al veterinario. Además, se puede lesionar fácilmente por una actividad inadecuada o una mala manipulación.

Se tiende a pensar que los cachorros de razas grandes son más resistentes. Nada más lejos de la realidad: la alimentación y los cuidados influyen mucho más en su crecimiento de forma sana y son más propensos a lesiones que tendrán consecuencias más graves en su edad adulta.

Un perro adulto tiene la ventaja de que podemos obtener un ejemplar que muy pocas sorpresas nos va a dar en cuanto a la aparición de enfermedades congénitas y podemos obtener un perro ya educado que es una buena solución para los menos expertos y para hogares donde hay niños pequeños ya que será más difícil que le puedan provocar lesiones.

Sin embargo si bien en la elección de un cachorro es conveniente la ayuda de un experto, en elección de un perro adulto hace imprescindible la intervención de un experto (nuestro veterinario) para que evalúe su carácter, su salud y si se adaptará a nuestras expectativas.

¿QUE RAZA?

Si miramos en la literatura cada experto en una raza nos dará las excelencias de esa raza: que si es muy guardián, muy apegado a la familia, que si es muy buenos con los niños, que si muy tranquilo en casa etc.

Todo ello, por lo general, es más fruto de una visión subjetiva de la raza favorita de quien escribe sobre ella que de la realidad, porque muchas de esas aptitudes son inherentes a la especie canina en general y su comportamiento dependerá en gran media de su educación y lo que llamamos socialización.

Pero no cabe duda que en cada raza (los criados bajo criterios de responsabilidad en la que se ha tenido en cuenta en la selección de ejemplares equilibrados) podemos encontrar aptitudes innatas para desarrollar ciertas tareas ya que las razas originariamente son fruto de una selección para fijar características útiles a ciertos menesteres y que, a través de una buena educación podemos potenciar o encauzar a nuestras necesidades.
Un perro adulto puede ser un buen compañero de juegos

Si, por ejemplo elegimos un Braco de Weimar, no podremos pretender que sea un perro que este echado todo el tiempo sobre una alfombra delante de una chimenea sin antes haberle dado su sesión de ejercicio intenso varias veces al día: el braco es un autentico atleta que necesita de mucho ejercicio.

Por contrario, un Bulldog se adaptará mejor a personas más sedentarias y a los niños por su carácter juguetón pero no podemos pretender que practique deporte con nosotros o haga largas excursiones por la montaña. Es un perro con una gran predisposición a sufrir problemas ortopédicos y neurológicos que si se incita a hacer esfuerzos tenemos garantizada una patología en muchas ocasiones bastante grave.

Al final, la elección de una raza en particular será cuestión sobre todo de gustos personales al que debería añadirse el criterio de nuestro estilo de vida.

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